Los neuromoduladores y el Botox son términos interrelacionados en el contexto de la medicina estética. El Botox es una marca comercial de neuromoduladores, específicamente de la toxina botulínica tipo A. Los neuromoduladores, en general, son sustancias que bloquean las señales nerviosas, lo que causa una relajación muscular temporal y, por lo tanto, reduce la apariencia de arrugas. 

La duración del tratamiento con inyectables de toxina neuromoduladora puede variar según diversos factores. Aunque generalmente su efecto relajante disminuye gradualmente después de unas semanas, se estima que la eficacia del tratamiento con neuromoduladores suele mantenerse entre 4 y 6 meses.

Generalmente, los efectos de la neuromodulación selectiva comienzan a ser evidentes entre 48 y 72 horas después de la aplicación. Es importante tener en cuenta este tiempo de espera al considerar el tratamiento con toxina neuromoduladora para corregir arrugas y líneas de expresión.